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Higiene de Manos
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"El lavado de manos es el medio más importante de prevención de la expansión de infecciones".
Historia |
Flora Microbiana en las Manos |
Uno de los primeros en reconocer el valor del lavado y la limpieza de las manos para mantener una buena salud fue un médico judío, cuyo nombre era Musaiba Maimum, mejor conocido como Maimonides. En 1199, dio esta lección: "Nunca olvide lavar sus manos después de tocar a una persona enferma".
En 1843, un médico americano, Oliver Wendell Holmes, llegó a la conclusión de que la fiebre puerperal se transmitía de una paciente a otra por medio de los médicos y enfermeras que los atendían; impuso como práctica sanitaria el lavado de manos antes y después de la atención de las pacientes y logró reducir la fiebre puerperal significativamente.
En 1848 Ignac Semmelweis un médico húngaro, realizó estudios sistemáticos y llegó a la conclusión de que el contagio y la mortalidad por fiebre puerperal se debían a la falta de lavado de manos del personal e impuso como práctica sanitaria el lavado de manos antes y después de la atención de las pacientes.
En 1854 Florence de Nightingale se dio cuenta que los soldados morían más en los hospitales por infecciones contraídas en ellos que en el campo de batalla.
El cirujano Joseph Lister aplicó los conocimientos de Pasteur a la cirugía. Lister estaba seguro que las bacterias que estaban en el aire contaminaban las heridas y empezó sus trabajos sobre antisepsia en 1865.
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Flora Transitoria: organismos que se han adquirido recientemente por el contacto con otra persona u objeto. Se adquieren a través del contacto con pacientes, personal infectado o colonizado o con superficies contaminadas. Estos organismos sobreviven en la piel desde unos minutos hasta varias horas o días.
Flora Residente: organismos que viven y se multiplican en la piel y varían de una persona a otra. Son por lo general de baja virulencia y en raras ocasiones causan infecciones. La mayoría de los organismos residentes se encuentran en las capas superficiales de la piel, solo el 10-20% viven en capas epidérmicas profundas y, por lo general, no son patógenos. |